Argentino volvió a caer. Pero no en un
partido más, este era el encuentro que podía empezar a definir a qué podía
aspirar el salaíto en el próximo semestre. Y una vez más no se encontró a la
altura de las circunstancias. Impreciso en los pases, abusando del pelotazo,
desordenado tácticamente y con el plus de que la fuerte tormenta que cayó sobre
el campo de Liniers (donde hizo de local Paraguayo) no ayudaba para hacer buen
pie.
La derrota fue por la mínima diferencia,
ante un Dep. Paraguayo que sabía que se jugaba gran parte de su estadía en la
divisional en este encuentro (Antes del partido, a Dep. Paraguayo y a Argentino
lo distanciaban 13 puntos en el promedio). Y lo jugó de esa forma: como una
final.
Desde el comienzo se pudo ver un partido trabado
en el mediocampo y con muchos pelotazos a Miranda y Campaña, las referencias de
área de ambos equipos. Sin embargo, el conjunto local encontró lo que fue el
punto débil del Salaíto, el sector izquierdo de la defensa.
Con el pelotazo cruzado para Vasconcelo, a
las espaldas del “Naza” Arévalo, el local generó las chances más claras del
primer tiempo. Con llegadas al fondo del carrilero por derecha, generando un
centro o corners o con el remate cruzado del jugador que llegara por esa punta.
De Argentino, poco y nada. Alguna que otra lucha del “Pumita” Juárez
en busca del arco. Una trepada de García llegando al fondo y tirando el centro
a Miranda, pero poco. Reynoso que no podía entrar en juego para convertirse en el generador de juego.
Esta enemistad con la pelota por parte de
los creadores de fútbol del Sala, lo llevaron a terminar el primer tiempo muy
atrás y esto le dio sus frutos al local. En el ultimo corner del primer tiempo
saltó en el punto del penal más que todos, el Nº5, Mavelián y la mando a la
red, generando un bajón anímico para Argentino.
En el segundo tiempo, el conjunto visitante
fue en busca del empate con más amor propio que fútbol claro y aprovechando que
el rival se metió un poco atrás quizás por temor a caer derrotado nuevamente
(hacia 3 partidos que no ganaba). La herramienta de ataque era el centro al área
de los laterales a la cabeza del chaco Miranda o del ingresado Vásquez.
La jugada
más clara del partido para Argentino llegó a los 75 min. de partido. Uno
de los tantos centros lo peinó Vásquez y por atrás de todos apareció Alemanno que mano a mano con el arquero, la
tiró por arriba del travesaño.
A esa altura el equipo local, ya se
defendía con la peloa en los pies, de la mano de la figura de la cancha,
Mavelián.
Ahora solo queda ganar el último partido
del año ante Yupanqui para terminar de la mejor manera y empezar a pensar en
los refuerzos para el próximo semestre, así mantener la categoría y, si se hace
una buena campaña, porque no soñar
también con pelear por un ascenso. Pero para eso, es necesario mejorar mucho en
lo futbolístico y en lo anímico.
INFORME: PEDRO SECCI
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